La importancia del desayuno
Es
muy frecuente que, cuando decidimos bajar de peso o entrar en alguna dieta,
optemos por “saltarnos” alguna comida y, por regla general, la comida que se
evade es el desayuno. Esto siempre resulta contraproducente ya que cuando no
desayunamos llegamos a la comida con demasiada hambre y también perjudica
nuestra salud.
Estudios hechos en todo el mundo demuestran
que el desayuno constituye la comida más importante del día. Investigaciones
nutriológicas recientes indican que las personas que no desayunan son menos
aptas para cumplir con las necesidades básicas de desarrollo y concentración
que las que regularmente desayunan.
En
las mañanas nuestro cuerpo requiere contar con niveles adecuados de nutrientes
básicos como el calcio, el hierro, la vitamina C y la fibra.
Pero,
¿Cómo hacer para desayunar todos los días a pesar de la prisa? Si bien el fin
de semana se puede desayunar con toda calma. Pan tostado a la francesa o
panquecas con miel y mantequilla o un sándwich de huevo o de jamón; entre
semana, no siempre es el caso. Lo recomendable seria levantarse más temprano
para poder desayunar, por lo menos, cereal y fruta fresca.
¿En qué consiste un buen desayuno?
Preparar
el desayuno no requiere de grandes planes previos, hay formas prácticas de darles
a tus hijos, a tu familia y a ti mismo(a) un desayuno nutritivo. Antes se
pensaba que un buen desayuno consistía en dos huevos, tocino, jamón o
salchicha, algunas rebanadas de pan blanco tostado con mantequilla y un vaso de
jugo de naranja. Hoy en día, se sabe que ese sabroso desayuno al estilo
granjero, es demasiado alto en proteínas y está cargado de grasa y de fibra. El
desayuno no tiene que ser complicado para ser completo. Puedes lograr la
perfecta combinación de proteínas, carbohidratos y pocas grasas, tomando tu
cereal preferido con leche descremada o baja en grasa y fruta fresca rebanada o
pan tostado integral con mantequilla de maní y un vaso de jugo fresco de
naranja.
El
desayuno ideal debe proveer del 20 al 25 por ciento de la ingesta total diaria
de calorías y fibras, más una generosa cantidad de vitaminas y de minerales. La
mejor elección es un desayuno ligero, pero nutritivo que contenga un poco de
proteínas, un poco de grasa y que sea alto en contenido de carbohidratos
complejos.
Algunos
alimentos del desayuno tradicional ofrecen beneficios naturales adicionales;
por ejemplo, la vitamina C incrementa la absorción del hierro, así que tomar un
vaso de jugo de naranja y desayunar cereal enriquecido con hierro, ayuda al
cuerpo a lograr la máxima absorción de ambos nutrimentos: calcio y hierro.